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Llegó al Aeropuerto. Su vuelo se había atrasado hasta las 20:30 h. Eran las 17:15. Cuando entró en Manises observó el picaporte de una casa. Hizo la foto que ahora veía en la pantalla de su cámara digital, sentado en el taburete del bar cercano a la puerta de embarque.. 

 
 

Una secreta conspiración se había enseñoreado en los muros que cobijan la más antigua sede donde habita la sabiduría del hombre en forma de códices de artistas, sobre todo, que merodearon la corte de los Sforzza, los Borgia, los Médicis..en el Estado Pontificio del Vaticano.
Pero también habitaba en las paredes de arena de los lamas tibetanos, en los montes secretos de la antigua China, en los templos escondidos en la jungla de Thailandia, en Bali, en Sumatra, en los hielos que cercan Alaska, en las paredes de la cueva más grande del mundo según varios autores, de Nantes, como Jules. De Columbus, en Ohio, en las cuevas del Mamút. En las altas mesetas aztecas, en las cumbres de los Andes peruanos, en las cordilleras mágicas y misteriosas de Chile, y en los lagos que cercan Ontario el recuerdo de los primeros emigrantes que bajaron del hielo, de las tierras boreales.

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Se dirigió al aeropuerto. En el bolsillo llevaba los billetes para Roma, Museo Vaticano. En la cartera tenía el plano del monumento romano, un itinerario de 33 estaciones y un libro de claves que codificaban con "The devil's dictionary " de Ambrose Bierce.
En el bolsillo de la cazadora una agenda con una imagen de la Milagrosa y la foto de una chica con la que tenía una especial amistad.
Jose María Vallés, seminarista, a diez años de su ordenación como sacerdote,había sido electo asistente en lenguas clásicas del cardenal Rodrigo Luna, experto en esoterismos de la Curia romana.
Subió al coche que le llevaría hasta la escalerilla del avión, pase diplomáico especial, sin parada en controles policiales.
Abrió la ventanilla del vehículo y miró las puertas decimonónicas de Manises.
 
 

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Circulaba cerca del Museo y aceleró. Había oido alguna historia relacionada con una "sensitica" que anunciaba un circo romano debajo de sus cimientos. Hasta entonces desconocía esa información. Con el permiso de excavaciones arqueológicas en el bolsillo se dijo si era ético buscar lo que creía aprovechándose de ese inesperado salvoconducto que le llevaría a visitar los túneles sepultados de las dependencias de los gladiadores, allí, bajo el edificio barroco.. 

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Fotos sepia. Arturito, Rosarito, Anto�ito, Jose Ramoncito, Ramoncito, Leonardito y la chacha Juana.En el Parque del Retiro. Esta foto creo que se hizo con la Werlisa. 

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Volvieron a mirar fotos. Un chiquillo nac�a a la fe y el santo grial brillaba con tonos dorados sacados de un palacio irreal. 

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Vió la luna a un lado y el sueño del sol al otro.El lugar donde empezaba el misterio y los sueños. 
 

 
 

Pasó bajo el arco de hiedra.Saludó a Minerva, cazadora, en una estatua de mármol. Al no oir respuesta a sus requiebros y galanteos se percató que estaba en la Tierra de los humanos, no en el sueño del Olimpo.Eso le produjo una desazón tan grande que comenzó a correr.
Un par de señoras charlaban acerca de los viajes a la Costa Blanca. 
 

Cuando vio el camino saltó a tierra en forma humana. Le había costado recordar más de una lección. Aun así se hizo daño en un pie al caer.Si le hubiera visto Cronos se habría reido a carcajadas.